lunes, 12 de septiembre de 2011

MARINERO DE LA VERA de Antonio Polo

Declamado: ROSA IGLESIAS




Declamado: Silvia Occorso


Safe Creative #1109080023059


MARINERO DE LA VERA





A mi padre,
¡Que nunca deje de navegar!

Trujillo (Cáceres) 1944, mi padre espera la pleamar con una maleta de cartón.
Detenido frente a la estatua de Pizarro,
insta a acompañarlo a una playa mágica del Jerte.
Después abre los ojos y busca al que custodia
la puerta arcada de un cuartel en el Ferrol,
al que le enseñará el secreto de los cabos y las maromas,
al vigía de los faros que iluminaron sus quimeras,
al arrestado sobre un mástil que olvidó la contraseña,
a los pañoleros que custodian las velas de mesana,
al que se enamoró de un mascarón de proa en Buenos Aires,
a los tatuados cuyos antebrazos esconden siempre logaritmos,
a los marineros que lanzan al aire sus lepantos por las tardes,
a la adiestrada tropa que baldea la cubierta gris de los navíos,
a los neófitos y sus daguerrotipos con vírgenes de secano,
al tahúr que se juega el alma al otro lado de la dársena;
las redes amontonadas sobre los bolardos del puerto,
la media luna que acosa los pilares del Puente de las Pías,
a la meretriz hambrienta apoyada sobre un pañol de Infantería,
el gallardete añil tremolando en el mastelero de una fragata,
la lluvia que amenaza la retreta en el Cuarto de Banderas,
el desfile con su deslucida columna de inhábiles,
la oración que su madre le cosió bajo el forro de la chaqueta,
el escapulario de trapo negro manchado de pimentón,
el trozo de una vasija sagrada de Mérida,
y los restos de la carta esférica con la que siempre recordó a Galileo.
Madrid 1997, mi padre fondea en una bahía de cerezos blancos
mientras yo descubro la estrella Polar en una habitación del Hospital del Aire.


Antonio Polo

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