domingo, 17 de noviembre de 2013
PENAS Y ALEGRIAS DEL AMOR de Rafael De Leon y Mario Alvarez Quiroga
Mira como se me pone la piel cuando te recuerdo
por la garganta me sube un río de sangre fresco
de la herida que atraviesa de parte a parte mi cuerpo
Tengo clavos en las manos y cuchillos en los dedos
y en la sien una corona hecha de alfileres negros
mira como se me pone la piel cada vez que me acuerdo
que soy un hombre casado y sin embargo te quiero
Entre tu casa y mi casa hay un muro de silencios
de ortigas y de chumberas, de cal, de arenas , de vientos,
de madres selvas oscuras y de vidrios en acecho
Un muro para que nunca lo pueda saltar el pueblo
que está rondando las llaves que guarda nuestro secreto,
si yo se bien que me quieres y tu sabes que te quiero
y lo sabemos los dos y nadie puede saberlo.
Salgo de mi casa al campo solo con tu pensamiento
por acariciar a solas la tela de aquel pañuelo
que se te cayó un domingo cuando venias del pueblo
y que no te he dicho nunca mi vida que yo lo tengo
y lo estrujo entre mis manos lo mismo como un limón nuevo
y miro tus iniciales y las repito en silencio
para que ni el campo sepa lo que te estoy queriendo.
Ayer en la plaza nueva, vida no vuelvas hacerlo,
te vi besar a mi niño, a mi niño el mas pequeño,
y como lo besarías, ay Virgen de los Remedios.
que fue la primera vez que me a mi diste un beso.
Llegué corriendo a mi casa, alcé a mi niño del suelo
y sin que nadie me viera, como un ladrón en acecho,
en su cara de amapola mordió mi boca tu beso.
Qué alegría y qué pena quererte como te quiero.
Mira, pase lo que pase, aunque se hunda el firmamento,
aunque tu nombre y el mio los pisoteen por el suelo,
aunque la tierra se abra y aun cuando lo sepa el pueblo,
pongan nuestras banderas de amor a los cuatro vientos,
sigue queriéndome así tormento de mis tormentos.
Ay qué alegría y qué pena quererte como te quiero.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario